El sitio arqueológico más temprano de América

Prof. Tom. D Dillehay

El sitio de Monte Verde se encuentra a unos veintiocho kilómetros al sudoeste de Puerto Montt, donde la conservación de antiguos artefactos culturales construidos en materiales perecibles corresponde a una de la más notables de las Américas. Fue la excavación de este sitio que me atrajo al estudio de los primeros americanos en la década 1970.

Monte Verde es un asentamiento humano al aire libre ubicado en las orillas de un pequeño arroyo, rodeado por lomajes arenosos y rellenado por un angosto humedal pantanoso, cubierto por un bosque templado húmedo que ha existido en el lugar desde el Pleistoceno tardío. El pantano o mallín se extendió más tarde sobre la cuenca del arroyo, enterrando al asentamiento abandonado por debajo de una capa de turba. Debido a la falta de oxígeno en los sedimentos del mallín se inhibió la descomposición bacteriana y la condición de saturación constante imposibilitó el secado del material orgánico por miles de años, conservando toda clase de materia perecible que normalmente desaparece del registro arqueológico. Un equipo interdisciplinario de investigación de más que sesenta científicos ha estudiado a los restos arqueológicos recuperados de dos componentes del sitio, denominados Monte Verde I y Monte Verde II.

Monte Verde fue descubierto por accidente a mediados de los 1970 cuando algunos lugareños limpiaron una huella para sus carretas de bueyes en un sector de un bosque cerca de un pequeño riachuelo, el arroyoChinchihuapi. Cortando las orillas del arroyo para ensanchar la huella, los hombres tropezaron literalmente con artefactos de madera y de piedra, y con lo que más tarde se identificaron como huesos de mastodonte. Con mis colegas se inició la excavación del sitio en 1977. Desde esa fecha hemos descubierto varias cosas notables e inesperadas: no sólo las lascas de piedra – típicas de los sitios Sud Americanos caracterizados por piedras trabajadas en una cara – y los huesos animales, sino también largas puntas de proyectiles con doble punta y una variedad de restos vegetales y numerosos artefactos de madera. Los restos orgánicos indican la importancia de las plantas tanto como los animales en el régimen alimenticio de los habitantes del lugar. La presencia de madera y de herramientas confeccionadas de madera, más común en Monte Verde II que los artefactos de piedra, nos permite una vista espectacular de las herramientas y equipos pocas veces observados en el registro temprano de la arqueología.

Alrededor del año 12.500 años 14C A.P., una estructura parecida a untoldo de veinte metros de largo fue construida por un grupo de veinte a treinta personas. El marco soportante era de troncos de árboles y de tablones fijos con estacas, y los muros eran de varas cubiertas con cueros de animales de la megafauna. Varios trozos de cordeles confeccionados de junquillo y amarrados a los postes de madera y las estacas se encontraron entre los restos de las construcciones, indicando una estadía prolongada por los habitantes. En el piso de tierra de la carpa se encontraron adheridos cientos de pedazos microscópicos de cuero insinuando la probabilidad que se había alfombrado con las pieles de animales. En el interior de la carpa los espacios individuales de residencia se separaron entre sí con tabiques hechos de palos y tablones. En el piso de cada espacio individual había un pequeño hoyo recubierto con arcilla para contener un brasero, y a su alrededor había herramientas de piedra y los restos de semillas, nueces y frutas comestibles. Afuera de la carpa se ubicaron dos grandes fogatas comunitarias, una cantidad de leña, un mortero de piedra con las piedras usadas para moler, y hasta las marcas de tres pisadas humanas en el lugar donde alguien caminó por la húmeda arcilla blanda traída al sitio para mantener las paredes de los hoyos donde se hicieron las fogatas. Los especialistas que examinaron las huellas creen que pertenecen a un adulto pequeño u adolescente grande. Todos estos restos indican una amplia variedad de tareas domésticas, principalmente la preparación de alimentos y su consumo, la producción y mantención de las herramientas, y la construcción de refugios.

En una segunda estructura, cuyo plano tiene la forma de U, y que tiene una conjunto de postes de madera enterrados en un cimiento de arena y grava endurecido con grasa animal, se faenaron los cuerpos de mastodontes, se prepararon sus cueros y se confeccionaron herramientas. Dichas actividades identifican un espacio público que no era una vivienda.

Es probable que este lugar también sirviera para las actividades medicinales. Se encontraron los restos de dieciocho plantas probablemente medicinales – las mismas especies utilizadas por el pueblo Mapuche que habita la región hoy en día – para el tratamiento de las dolencias de la piel y las enfermedades pulmonares. Aunque se encuentran algunas de estas plantas en el entorno natural local, más o menos la mitad provienen del ambiente costero a unos setenta kilómetros hacia el oeste, y una sólo se encontraba en zonas más secas a unos setecientos kilómetros al norte. Dado que sólo las plantas medicinales se encontraron en este lugar, sabemos que tenían una aplicación particular para los habitantes de Monte Verde.